Jueves 26
Son innumerables las reacciones que uno puede tener con las cosas que están pasando. Rabia, miedo, impotencia, shock…
Entiendo el cuestionamiento por el «interés» que despertó lo de Paris en la gente y no así situaciones similares, al mismo tiempo, en el mismo planeta. Pasan cosas y seguimos siendo humanos.
Entiendo también que haya gente que se enganche en el debate de bandera o no bandera en facebook, que si se activa o no el «safety check» y demás. Y sin tratar de perder esperanza alguna, pienso que pasan cosas y seguimos siendo humanos.
Pero aprovechando este jueves particular para algunos en el año, no me gustaría centrar este breve discurso en la parte vacía del vaso. A pesar de esa rabia, miedo, impotencia y demás sentimientos, quiero pensar que en todos lados predominaron buenas acciones y reacciones.
Sin importar las distancias, esto nos tocó a todos. Además, llevó a que muchos hiciéramos una evaluación de nuestra propia vida, en ese minuto, en ese momento. Que dónde estaba, que dónde hubiera estado, y de ahí a pincharme porque lo estaba contando. Un paso más allá y vi mi último año perfectamente reflejado en una montaña mezcla de alegría y mucha suerte, y di las gracias.
Guste o no, al «día de acción de gracias» por el nombre no se le puede decir nada, y así no sea nuestra tradición, creo que es un momento donde quizás más que nunca, vale la pena ponerlo en práctica.
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