Cómo perder el miedo a viajar sola
Para todas las que nos encanta viajar, el miedo a hacerlo solas es demasiado familiar. Como mujeres, estamos expuestas a más adversidades y desafíos, y es lógico sentir la presión de las personas que piensan que nos estamos arriesgando demasiado. Sin embargo, nada de eso puede detenernos. Viajar y descubrir lugares por nuestra cuenta es una experiencia única que debemos aprovechar.
Cuando nos pica el bicho de salir a ver el mundo, no hay vuelta atrás. Es una sensación tan única como descubrir una vocación o encontrar ese hobby que completa y nos hace felices. Además, si intentamos retener esa energía o evitamos pensar en la posibilidad de salir de nuestra zona de confort es aún peor porque, tarde o temprano, el deseo se vuelve una necesidad inescapable y es más difícil concretarlo.
Sin embargo, no es tan fácil decidirse a hacerlo como ponerlo en palabras. Como mujeres estamos mucho más expuestas a situaciones de peligro y a pasar momentos incómodos en algunas culturas.
Además, nunca falta ese familiar que conoce la historia de una chica que viajó sola y vivió una situación desafortunada, y te la cuenta justo cuando estás a punto de comprar el pasaje. Eso genera mucha ansiedad y dudas a la hora de lanzarnos al mundo.
Por eso, para ayudarte a superar estos primeros traspiés, comparto contigo algunas consideraciones generales a tener en cuenta para que pierdas el miedo a viajar sola y disfrutes a pleno de esta experiencia revolucionaria.
La cultura
En primer lugar, es fundamental aceptar que en algunas culturas debemos respetar sus reglas y seguirlas a rajatabla, así no estemos enteramente de acuerdo con su postura. Igualmente, en determinados destinos, es posible que recibamos mucha atención no solicitada que nos obligue a cambiar los planes o no nos permita relajarnos como quisiéramos. Para esto, hay que tener la mente abierta y estar dispuestas a cambiar los itinerarios a último momento. Ser consciente y flexible está en la tapa del libro para pasarla bien en cualquier viaje de todas maneras.
La previa
En segundo lugar, debemos aceptar que sentir miedo al comienzo es completamente normal. El miedo paraliza, pero no debemos dejar que nos gane. Todo lo desconocido genera ansiedad y desconfianza, pero es cuestión de investigar al máximo, no solo cada destino en particular, sino la cultura y las costumbres de los locales para evitar sorpresas que puedan resultar en una experiencia no deseada e inclusive discusiones desafortunadas. En Italia, por ejemplo, considero que este paso es fundamental para no amaragrte al ver toda la basura de Roma, al primer encuentro con el taxista o la primera cuenta con una pasta de más.
El detonante
En tercer lugar, debemos identificar cuál es la raíz principal del miedo.
¿Se trata del miedo a quedarte sin dinero? ¿O quizás tienes miedo a sentirte sola? Para cada pregunta hay una respuesta que puedes resolver por adelantado. Por ejemplo, puedes tener un plan financiero con tres opciones, como llevar contigo una tarjeta de débito, una tarjeta de crédito y también efectivo. Asimismo, es muy buena idea dejarle dinero a alguien de confianza que pueda girarte efectivo rápidamente si lo precisas.
Por otra parte, si crees que tu mayor miedo es sentirte sola, planifica de antemano quedarte en casas de familia o en hostales que tengan asegurada una ocupación alta. Piensa que habrá mucha gente en tu misma situación, y si hay algo que he aprendido de mis viajes, es que quienes son verdaderamente apasionados por este tipo de experiencias son personas usualmente abiertas y dispuestas a compartir información y consejos de los lugares que han visitado. Quién te dice, también puede que estén dispuestos a ser grandes amigos para toda la vida.
La confianza
Finalmente, tienes que tener muy presente que lo más importante es confiar en ti misma. Cree en tu sentido común y tu sensación de responsabilidad. Ve preparada y abierta a hablar con personas que te inspiren confianza sin exponerte a planes que «parecen demasiado buenos para ser reales». Siempre que la mente se encuentre en modo ‘disfrutar y pasarla bien’, te mantendrás en el camino indicado e irás generando tus propios criterios y estilo de viaje para que tu paseo por cada parte del mundo sea inolvidable.
Ahora, ¡a planear!
Yo creo que hay pocos maestros tan completos como un viaje.
Dejarse impresionar por otras realidades, aprender de ellas y cuestionar lo que dejamos atrás, crea caracter, personalidad y lleva a la libertad. Las mujeres lo tenemos más difícil, es cierto, pero eso no debe detenernos a explorar el mundo. Pues es nuestro también, y está ahí para saborearlo y disfrutarlo.
No tengas duda, nunca regresará nunca la misma persona que se fue. Y eso está muy bien.
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